Nihongo no
kiso I o uno que no quiso estudiar nihongo*
Mediados de
1982.
Estoy leyendo subrepticiamente una novela en la clase de japonés, cuando me pesca la sensei Tanahara:
-¡Oye, Chato! (es la única de los profes que me llama por mi apodo). ¿A ti no te interesa aprender la lengua de tus ancestros?
Estoy leyendo subrepticiamente una novela en la clase de japonés, cuando me pesca la sensei Tanahara:
-¡Oye, Chato! (es la única de los profes que me llama por mi apodo). ¿A ti no te interesa aprender la lengua de tus ancestros?
-No,
profe-contesto yo-. No me interesa. Japón es el último país del mundo al que me
gustaría viajar.
Mi
franqueza parece sorprenderla.
-Bueno-dice
la sensei Tanahara después de
reflexionar un momento. Entonces es mejor que aproveches el tiempo de otra
manera: puedes seguir leyendo.
Ante la
incrédula, sorprendida y envidiosa mirada de los demás, continúo leyendo mi
novela.
10 años
después.
Estoy en la
ventanilla de consultas para extranjeros del Kanagawa Kenmin Center, en Yokohama,
para pedir información sobre clases de japonés. El encargado me dice que espere
un momento, que la traductora al español llegará en cualquier momento. Unos
minutos después, aparece la traductora y, al verme y después de recuperarse de
la sorpresa, lanza una sonora carcajada. Es la sensei Tanahara.
*Nihongo no
kiso I era un libro de texto para aprender japonés traducido a varios idiomas
muy empleado por los extranjeros en Japón.
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